Revista nº 33



LA VIDA EN MOVIMIENTO

El ser humano se está enfrentando a cambios que le van a romper sus esquemas mentales y necesita algunas claves para responder a esos cambios…; necesita descubrir sus propias potencialidades y cómo ponerlas en práctica para que el cambio sea menos traumático.

Vivimos una época complicada a todos los niveles… En la última década no sólo se están moviendo las estructuras externas sino que también han comenzado a hacerlo las estructuras de pensamiento, creencias, actitudes y comportamientos de la persona…, son momentos cruciales en los que la única respuesta es el compromiso del ser humano consigo mismo, con sus semejantes y con el medio ambiente. La crisis –oportunidad ante un cambio- generalizada sólo puede afrontarse recuperando la esencia y volviendo la mirada a los VALORES HUMANOS.
La masa crítica

Durante años se ha escrito hasta la saciedad de la masa crítica, en la redacción de esta revista y anteriormente en la de Generación 4.4. recibíamos continuas preguntas sobre cómo iba el tema… y nuestra respuesta siempre era la misma: Es imposible saberlo porque no hay un “censo” de las personas despiertas y motivadas hacia la búsqueda de una sociedad armónica apoyándose en su propio cambio personal.

Sin embargo, sí que había algunos indicativos que marcaban la tendencia creciente de los ciudadanos que aprovechaban la tecnología y los avances en la comunicación para dejarse oír. Hace unos años era la repulsa masiva ante los atentados terroristas, después las manifestaciones en contra de la guerra y a favor de la paz. El 15 de Febrero de 2003 fue una fecha histórica, fundamental, inolvidable para los seres humanos de este planeta: por primera vez se movilizaron más de 111 millones de personas en todo el mundo, según los datos oficiales, aunque los oficiosos recogían la asistencia de muchísimos más.

Acudieron a plazas y lugares públicos de todos los países, de los cinco continentes, convocados por una marea de mensajes generada por los ciudadanos de “a pie”, ningún partido político, ninguna ideología religiosa o filosófica, ningún grupo de opinión ni ninguna institución pudo reivindicar para sí el movimiento de repulsa a la violencia a pesar de que algunos lo intentaron.

Los titulares de todos los medios de comunicación cubrieron el planeta:“Masivo clamor popular contra la guerra de Irak. Varios millones de ciudadanos protagonizan una jornada histórica de movilizaciones en España.
Millones de ciudadanos en todo el planeta han manifestado su rotunda oposición a la guerra contra Iraq en una jornada que podemos calificar de histórica. Hay que destacar la amplitud de las protestas del 15-F en España, Gran Bretaña e Italia, y la manifestación de Nueva York. Podemos afirmar a la luz de los datos que las 82 manifestaciones realizadas en todas y cada una de las 17 comunidades autónomas españolas han sido, en su conjunto, las que han reunido a un mayor número de manifestantes de cuantas se han realizado en el mundo.
Las manifestaciones mundiales contra la invasión de Irak en 2003 fueron convocadas por una plataforma mundial simultáneamente en todo el mundo, siendo las primeras convocatorias de carácter realmente global de la historia. Su motivación declarada fue impedir la invasión de Iraq. Las circunstancias locales permitieron su perduración en el tiempo, sobre todo en el Reino UnidoEstados UnidosEspaña e Italia, donde pudieron servir de bandera de enganche contra los Gobiernos en el poder. En los últimos dos países podrían haber contribuido al vuelco electoral.
Millones de ciudadanos en todo el planeta han manifestado su rotunda oposición a la guerra contra Iraq en una jornada que podemos calificar de histórica. Tras las masivas movilizaciones de enero, la jornada internacional del 15 de febrero es, sin duda, un hito histórico en la lucha del movimiento internacional contra la guerra y confirma el vuelco de la opinión pública y la manifiesta voluntad de la mayoría de los ciudadanos de todo el mundo en contra de la barbarie bélica”.


Ese día marcó un punto de inflexión crucial para el devenir de los acontecimientos futuros. Eran los primeros esbozos, los primeros indicios de que la conciencia colectiva estaba empezando a movilizarse, que las individualidades se concentraban y se unían cuando algún evento social sacudía su vida irrumpiendo a través de los medios de comunicación… y esa conciencia colectiva encontraba un medio de expresión a través de los canales que los nuevos avances tecnológicos ponían a su alcance.

Así, las acciones de rechazo, la disconformidad, la búsqueda de respuestas diferentes comenzaron a crecer dentro de una red de redes que conseguía mantener conectados a buena parte de la humanidad.

2011 y las movilizaciones sociales

Han pasado algunos años y las condiciones de vida se iban poniendo cada vez más difíciles. Cruzaba por nuestras cabezas fugazmente una y otra vez una retahíla de incógnitas. Pero ¿cuándo va a empezar a moverse esto? ¿cuánto más puede aguantar el ser humano?, ¿cómo puede producirse el cambio que tanto anhelamos?... Las cifras de paro, el cierre de pequeñas empresas y negocios, el endeudamiento general, las dificultades para llegar a fin de mes, la imposibilidad de encontrar empleo, los despidos masivos… y nada se movía. Era necesario que se dieran las condiciones adecuadas para que todo ese movimiento latente que estaba adormecido haya salido a la luz.

El Sistema, el orden establecido, los estamentos de poder no tenían interés en que algo se moviera y han echado mano -a lo largo de los últimos años- de sus más sofisticadas armas para mantener a la sociedad distraída. Sucesivas amenazas de epidemias, inseguridad, manipulación de la información, noticias angustiosas sobre el futuro económico, algunas catástrofes naturales… Todo lo que se publicaba iba dirigido a que la semilla del miedo creciera dentro de las mentes de los ciudadanos. Y ya sabemos que cuando el miedo crece dentro de nosotros lo invade todo y no deja espacio para nada más.

Sin embargo, la ola que se empezó a formar desde principios de año en el Mediterráneo (cuna de civilizaciones y de grandes cambios sociales) ha ido creciendo y creciendo y puede que el próximo año se convierta en un tsunami.

El movimiento de la indignación significa etimológicamente no tener dignidad y la gente hoy quiere recuperar la dignidad de ser humano y colocarle en el lugar que le corresponde, siempre por encima de las cosas y siempre defendiendo el bien común por encima del individual. Esos son los dos pilares donde se apoyan los movimientos de protesta.

Y sabemos que el sistema intentará acallar las voces, desautorizar, desacreditar y manipular la información. Los canales habituales tienen ya los surcos muy marcados y saben como suministrar información sesgada y tendenciosa que “eduque” a la opinión pública de acuerdo a los fines que los gobiernos y los poderosos que los mantienen se han fijado desde el principio de los tiempos con el único objetivo de mantener su hegemonía.

Pero por cada intento de acallar a alguien el número de voces irá en aumento, porque no se trata de una protesta sin más, detrás de ese movimiento hay filosofía, hay ideales, hay valores y eso no es algo que se termine cuando acaba la concentración o la marcha, o la acampada, es algo que perdura en el interior de las personas y sigue creciendo y creciendo cuando encuentra resonancia y eco en los demás.

Una asamblea en un pueblo de la sierra de Madrid

Es domingo por la mañana, las campanas tocan a misa, la gente se mueve por la plaza y las calles centrales del pueblo. Hay una boda y lanzan los cohetes de siempre. En una esquina de la plaza se forma la asamblea de indignados. Es un pueblo de unos 6.000 habitantes pero en la plaza nos reunimos unas 200 personas.

El speaker se presentó voluntario en la anterior asamblea para desempeñar esa función, igual que otra persona que tomará nota de los acuerdos y hará el acta, otro que se compromete a volcar los resultados en el blog, alguien más para controlar las intervenciones… Todos novatos en esas lides pero con ganas y entusiasmo. Todas las funciones son rotativas y al final de esa reunión se pedirán los voluntarios para ocupar las mismas tareas en la asamblea del siguiente fin de semana.

Es una experiencia multicolor y viva: habla un profesor universitario y después un chico que luce en su cabeza un penacho de pelo de color naranja, un ama de casa, una bióloga en paro, un estudiante universitario que alerta sobre la subida de las tasas de matriculación, profesores, comerciantes, amas de casa, jubilados, estudiantes… gente de todas las edades y profesiones; en definitiva, una buena representación de la sociedad. Incluso un guardia civil vestido de paisano que hacía fotos disimuladamente hasta que algunos vecinos que le reconocieron le llamaron la atención. Personas unidas por una vocación de cambio.

Primero abrieron un turno de palabra para que el que quisiera de los presentes respondiera a una pregunta: ¿A ti que te indigna? Y ahí surgieron toda una gama de preocupaciones, problemas, dificultades… mientras se sucedían respuestas, sugerencias, en realidad, y tal y como dijo el “coordinador” que iba otorgando el turno de participación: “Si queremos trabajar como un grupo es importante que nos conozcamos, que nos escuchemos, que sepamos qué es lo que nos indigna a cada uno, así que invito a todos a abrir el corazón para expresar lo que sentimos, lo que nos está pasando y para que entre todos decidamos después que pasos podemos dar, cómo podemos trabajar juntos y unirnos también a otros municipios”.



Surgieron muchas cosas, propuestas que se pasarían al Ayuntamiento, a la Concejalía de Participación Ciudadana, peticiones para llegar a la Asamblea General de Pueblos de la Sierra y después a la Asamblea General de Madrid. No era el movimiento caótico que algunos menospreciaban en los medios de comunicación, era una forma diferente de organizarse: “Nos reunimos en asambleas y somos la expresión popular, es un tejido social nuevo que está naciendo”. Se crearon comisiones y grupos de trabajo de acuerdo a intereses comunes, se crearon turnos para asistir a los plenos del Ayuntamiento, grupos de consumo… Pero mientras todo eso empezaba a funcionar algunas personas prácticas empezaron a ofrecer servicios y trueques. Allí se habló de la Agenda 21 local y de darle un verdadero sentido social a esos proyectos, de la necesidad de ser creativos para mejorar la democracia (algo de lo que se habla en la Constitución), de pensar globalmente y actuar localmente…

Todos ellos eran personas que estaban allí porque creían que un mundo mejor es posible (palabras textuales de uno de los jóvenes), se habló de la necesidad de apoyar una educación libre y de calidad, basada en los valores, se habló del arma fundamental que tenemos en nuestras manos: el consumo, se habló de ser ciudadanos en vez de consumidores y que si se frenaba el consumismo atroz se perjudicaba los intereses de las grandes corporaciones. Todos coincidían en que la historia les ofrecía una posibilidad de cambio inimaginable, de que unidos eran poderosos, de que no eran mercancías en manos de los poderosos ni la Tierra tampoco lo era. Fueron tres horas intensas de debate donde se respetaron las ideas que se exponían libremente. Me impresionaron las ideas tan claras que tenían los jóvenes, notaba cómo nos brillaban los ojos cuando les escuchábamos expresarse con coherencia y con fuerza, cuando hablaban de ideales.

De aquella asamblea también surgieron propuestas personales: para suplir las carencias de transporte público se ofreció la página del blog para que todo el que bajara a Madrid lo anunciara, se organizaron grupos para compartir transporte, se ofrecieron productos de huerta cultivados de forma natural, servicios… “Si ellos no nos ayudan empezaremos a ayudarnos entre nosotros”.

Me gustó escucharles hablar de justicia social, de una mejor gestión del dinero público, de una mayor participación en la toma de decisiones que afectan a todo el pueblo…, pero sobre todo me gustó sentir que cada una de esas personas no buscaban únicamente solucionar su problemática personal sino que su mirada abarcaba el amplio contexto que tenemos ante nosotros en estos momentos.

Congreso Proyectos y Utopías para un Mundo Mejor

Nos parece importante crear espacios donde se puedan recoger y concentrar los anhelos de tanta gente.

Hace siete años pusimos en marcha el primer “Congreso Proyectos y Utopías para un Mundo Mejor” y hoy retomamos aquel pulso de entonces con la intención de compartir las Visiones, los Proyectos y las Utopías; hoy la propuesta es más ambiciosa: se trata de unificar en un latido común la búsqueda de un mundo mejor porque somos conscientes de que el “cambio social no se dará por la fuerza o por el control, sea del tipo que sea, sino por la unión de seres que vibran en una misma frecuencia”. Los días 29 y 30 de Octubre, desde Madrid, queremos que ese latido común suene alto y fuerte y llegue a transformar los procesos que vayan en contra de la evolución del Ser.

Hoy más que nunca es importante asegurarse de ir acompañado de buenos compañeros para transitar por las nuevas sendas; lo principal es el compromiso con los propios ideales, buscar la sintonía con el otro y trazar objetivos constructivos, tal vez emplear la energía en crear más que en destruir, en generar nuevos modos en lugar de intentar reconvertir las viejas estructuras, en ser creativos y atrevidos buscando los cauces que den sentido a los valores humanos que forman parte de nuestra esencia.

Al igual que un árbol no puede vivir de sus ramas, por muy frondosas que parezcan, sino que vive de sus raíces que son las que le proporcionan el alimento que necesita, así el ser humano debe arraigarse en sus valores y desde ahí asentarse fuertemente para aguantar los vientos y las tempestades, con firmeza: la paz, la justicia, el amor, la verdad y la libertad. Esas grandes raíces de donde surgen todas las demás: el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, la sinceridad, la dignidad, la paciencia, la comprensión, la independencia, la valentía, la credibilidad, la confianza, la responsabilidad, la gratitud, el discernimiento, la honradez, la perseverancia, la paciencia, la compasión, la caridad, la ternura, la generosidad, la cooperación, el humanitarismo…

Estas son algunas de las semillas que pretendemos plantar en nuestro congreso anual que se celebrará los días 29 y 30 de Octubre en el Teatro de la Casa de Campo de Madrid organizado por la Fundación Valores. Porque somos conscientes de que es fundamental que cualquier paso que demos en estos tiempos debe estar referenciado en ese marco ético que conforman nuestros valores… y que la forma de hacerlo es ponerlo en práctica en nuestra vida cotidiana, trabajando en tres grandes áreas:
  • Recuperando la conexión con nuestros semejantes, estableciendo mejores canales de comunicación y relación que aseguren el entendimiento, la cooperación y el trabajo en común.
  • Recuperando la conexión con la naturaleza, nuestra madre, que es la que nos proporciona cuanto necesitamos para vivir, teniendo cuidado de no comprometer los recursos para el futuro de las próximas generaciones.
  • Recuperando la conexión con nuestro interior, con nuestro Ser esencial, con esa dimensión espiritual que es la que nos vincula y nos une al resto de la creación y al sentimiento de trascendencia.
Hay muchas cosas que cambiar y hoy el mundo se está enfrentando a sus contradicciones, lo que le pone en el disparadero del cambio. Salen a la luz cualquier intento de manipulación, de fraude, de corrupción… Ya nada puede permanecer oculto, en pocos minutos cualquier acción reprobable puede estar colgada en la red a disposición de todo el mundo. Hoy son patentes las contradicciones sociales, políticas, económicas y religiosas amparadas por las incongruencias cometidas por personas que han hecho del dinero, del poder, de la soberbia y la falta de humanidad sus puntos cardinales.




Contra todo eso hay una forma de luchar: la expresión de los valores humanos cada uno en su ámbito de influencia, implicándonos en los retos que la vida nos ofrece a cada paso pero intentando no perder de vista que cada paso que damos no sólo estamos trabajando por nosotros sino por el resto del mundo. Hay que desarrollar una conciencia global, conscientes de que cada aprendizaje personal contribuye a hacer de este mundo un lugar mejor para todos.
Es necesario dar otra visión del mundo y trabajar para el cambio de paradigmas… El periodo de gestación ha durado las últimas décadas y llega el momento de dar a luz ese ser humano con una nueva conciencia, una nueva sociedad que dé prioridad a la vida humana por encima de intereses económicos y políticos y para ello es necesario un cambio en la sociedad y en la conciencia de los individuos.

La sociedad ha despertado y reclama sus derechos de forma pacífica, creando redes de forma horizontal, organizándose en comisiones y grupos de trabajo.

Este año el Congreso tiene un subtítulo muy atrayente: Los Valores Humanos y el Camino del CorazónNuestro deseo es unir mente y corazón para que sean los dos bastones que nos permitan avanzar seguros abriendo nuevos caminos hacia una sociedad más armónica.

Las energías que se han movilizado en España están creando sinergias en otros países lo cual hará recapacitar a los gobiernos y a los poderosos que están detrás. Veremos en que para todo esto pero la vida es movimiento constante y es imparable.

María del Pinar Merino
Conciencia Global